lunes, 25 de junio de 2012

Vázquez Mota gana en elección simulada en Chicago

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=671450


Josefina Vázquez Mota mantuvo las preferencias entre el electorado más numeroso de mexicanos en EE.UU. Algo que suena bien para la centro derecha mexicana, pero mejor para el país. Antes que ser gobernados por sujetos de dudosa calidad moral e intelectual en la figura de los otros candidatos a la presidencia de México.

De nuevo aparecen los cacerolazos en Buenos Aires



Cristina Fernández y cómo llevarse un país puesto


Hace unos días, leí un comentario de un analista deportivo que decía con rigurosidad eléctrica que el mejor partido que había visto en la Eurocopa de naciones, hasta entonces, fue el de Inglaterra e Italia en cuartos de final. "Un partidazo", lo llamó.

De verdad que eso es lo de menos. Lo que realmente llama la atención es que no sabemos qué partido vio este señor; en palabras personales y de otros comentaristas, si bien el juego fue "entretenido", para nada fue considerado la "joya de la Eurocopa" hasta entonces.

La cuestión es la siguiente: ¿en qué consiste la función mental de engañarse a sí mismo? Esto es, al final del comentario, en el prontuario del analista, se explicaba que laboraba en Italia desde hacía muchos años y que era comentarista deportivo en ese país. Al haber clasificado Italia, ¿estamos hablando de una suerte de agradecimiento inconsciente a través del comentario? ¿Validó el pase de Italia, desbordándolo, sólo por consideraciones emocionales y no objetivas? Eso es autoengañarse, y es manipular la información. Una información así no sirve a fines correctos.

Esto es lo que está pasando en Argentina, y es lo que suele pasar a lo largo de todos los tiempos. Indiscutiblemente, siguiendo la pauta de lo que se hablaba, en el caso del comentarista mencionado, un impedimento de carácter emocional no le permite ver la realidad; esto, a final de cuentas, es un error de conducta.

Sin embargo, así como hay personas que se vinculan emocionalmente a equipos de fútbol, grupos de rock, cantantes, actores, ropa, automóviles o perros, así las hay quienes se vinculan a ideologías, creencias, valores y normas de todo tipo, de una forma tan férrea, tan cementada, que se vuelve imposible que vean la realidad. Y se hace imposible que nos crean en caso de que nosotros la tengamos, ya que, si se es lógico, en una discusión o deliberación, a menos que ambos seamos unos sinvergüenzas o dogmáticos, alguien debe tener la razón.

En el caso de regímenes como el argentino, estamos en esto de lo que hablamos: hay una masa no pensante de seguidores del régimen, que actúa por una inercia social vinculativa hacia la figura presidencial. Sin embargo, antes de continuar, la vinculación que suele darse a los regímenes tiene dos formas: una dogmática, y una cooptada.

Esto es, hay dos clases de seguidores del régimen: los que lo hacen incondicionalmente por la vía de la negación mental y los que están con él por "gratitud y conveniencia"; en ambos casos, se trata de prácticas antidemocráticas y que actúan como figuras de conducta intoxicadas.

El peor escenario para superar las crisis políticas y sociales, es aquel donde el régimen está apoyado en los seguidores a ultranza, que son los que en un momento dado dejaron de pensar, o bien que nunca han deseado pensar con seriedad. Estos son los que representan el peor escenario, porque no se puede tratar con ellos.

Junto a estos, están los que viven con gratitud al régimen, cooptados o "convencidos" económicamente de que estar con él, es garantía de mejores cosas; aquí destacan los desarrapados, pobres de villas, desempleados sin estudios suficientes, madres solteras con hijos y demás lumpen.

Y entre estos, pero que sí gozan de las prebendas millonarias, y a quienes se les da la mejor y mayor parte del "pastel económico", están los funcionarios corruptos, los periodistas e intelectuales corruptos, los artistas corruptos y los demás "rentados" por el régmen para aplaudirlo y enaltercerlo mensual o quincenalmente, según se les pague.

Esto no es democracia.

Y en Argentina no hay democracia. Y si bien hoy día Cristina Fernández sigue dándose el lujo de burlarse de sus opositores, estando entre estos aquella parte del "pueblo" que igual es lumpen o que igual está formada por artistas, intelectuales, periodistas y funcionarios; pero que "desgraciadamente" para la democracia no son aliados del gobierno. Si bien se sigue dando el lujo de humillarlos públicamente y reírse socarromante de ellos, la verdad es que se le está acabando el tiempo a su gobierno.

Y no es por la vía política que se le está acabando, sino por la vía que ella misma utilizó para alimentar "su vocación demócrata", su misión justiciera, su labor igualitaria: el dinero.

Argentina cada vez tiene más excluidos de los planes sociales que desde 2003 el Estado ha venido impulsando a todo motor; y cada vez tiene menos ingresos para responder a ellos. Sus subsidios ya comenzaron a crear embudos de presión en las finanzas estatales, y por si fuera poco, tampoco está habiendo dinero para pagar a los profesionistas, funcionarios y demás trabajadores de sueldo fijo.

Obviamente, la "democrática" señora ha optado por algo graciosísimo para nivelar el apuro: cortar ayuda a aquellos menos confiables, y dejar sin nada de nada a los que le hacen muecas de desapruebo a su "gestión"; es decir, que en Argentina ser opositor es lo más cercano a ser un "apestoso".

Miles de niños, igual de pobres y miserables que los niños que son parte de las familias de sindicatos y piqueteros al "servicio" del régimen, han sido excluidos de los planes sociales. Y con él sus "indignos" padres y lideres que no son abyectos a las lindas prácticas sociales de su presidenta. Es decir, en Argentina hasta los niños pueden ser culpables de no pertenecer al régimen. Y el castigo es el hambre.

Cristina Fernández igual tiene otra curiosa forma de ser "demócrata" y ser "justa"; una manera bastante rara para alguien que se dice "igualitaria": sólo les da dinero a los gobernadores que le son leales; a los demás, que los ayude Dios o aquella parte de su soberbia que se levante un día para ser perdonavidas un momento. Así es, en Argentina sólo es argentino el que está con ella. El que no está con ella no sabemos qué es. Tratamos de saber justamente qué es entonces.

A Cristina Fernández se le está acabando el dinero más rápido de lo que se esperaba. Su plan anterior, era fácil. De hecho era el plan de su esposo: primero vas tú y luego repito yo, y así hasta que el cuerpo aguante, o en el peor de los casos, los argentinos.

Pero se murió el esposo. Así que como la única fuente de "legitimidad" para perpetuar el régimen, que ellos llaman "modelo", dejó este mundo en octubre de 2011, a ella no se le ocurrió mejor cosa, junto al genial equipo de colaboradores (bueno, llamarlos asi es ser muy entusiasta: colaboracionistas es lo correcto en este caso) que la rodea, que emitir moneda; emitir, emitir y emitir, el viejo juego de los que se dicen "redistributivos" a lo largo de la Historia. Emitir felizmente moneda. De esta manera tendrían al "pueblo" a su lado, dándoles la falsa ilusión de que con el régimen se vive bien.

Pero con el régimen ya no se vive bien. Desde 2007 el país ha perdido más de 140 mil millones de dólares por fuga y salida de capitales. En 2011 el déficit fiscal fue de más 40 mil millones de pesos; las pérdidas diarias de dólares son aparatosas, y se ha llegado a 2 500 millones de dólares mensuales que dicen el adiós, en promedio. A su vez, el gobierno gasta más de lo que ingresa fiscalmente: el Gasto Social ha pasado de 45% actual y a ingresar 30%; es decir, 15% de déficit fiscal sostenido.

Pero hay algo que viene creando su propio nubarrón: la inflación.

Es absolutamente paradigmático de este régimen querer mentir. La ocupación ilegítma del INDEC (organismo estadístico y valorativo de finanzas y precios), en 2006, ha sido uno de los mejores cuentos de este gobierno. La prueba está en que casi todas las firmas financieras han declarado desde 2008 una inflación anual del 30%. Para el gobierno, este dato no llega al 10%.

Las personas, leales o no al gobierno, deambulan entre la preocupación y la duda: un mes van a comprar sus bienes de consumo y al otro vuelven pero deben llevar más dinero, si tienen. La reacción ya comenzó a darse: los paros de los trabajores del transporte es una muestra de que algo ya anda más que mal. Olvídemonos del juego político en el medio. Aquellos que no tengan ingresos variables terminarán perdiendo la batalla contra del dinero.

El descontento social se suma a la percepción que hay de la pobreza entre los aplaudidores del régimen y los críticos. En Argentina la política expansiva del gasto no ha logrado mermar  de manera importante la tasa de pobres, por más que su organismo "pinocho" diga que la cifra ha bajado considerablemente. En el país el porcentaje de pobres sigue rondando el 40%.

La inseguridad ha crecido igual, y con ella el desempleo: el gobierno "igualitario" no da empleo entre sus filas a cualquiera: tienes qué ser su "amigo". Y ni para los que lo son, hay. Según algunas estadísticas, incluso las del INDEC, imagínense, la tasa de desempleo actual supera el 7%, y otro tanto está subempleado; lo que significa que el 14 y tantos por ciento, no vive de ingresos decentes en un país caro. 

Los ricos también comen en este país donde se los maltrata por ser ricos, a pesar de que sus dirigentes son más ricos que ellos. La ideología funciona como maquinita en esta nación. Ser rico en Argentina es ser "facho" (fascista), egoísta, golpista, opositor por descontado, enemigo íntimo del "pueblo", enemigo de la "democracia". En realidad ni siquiera se trata de eso. Esta mentira sólo la sostienen los abyectos del gobierno. La verdad es más antropológica, se trata de la vieja lucha nacional entre los porteños y los "cabecitas negras"; y como los que sostienen al régimen son estos últimos, de vez en cuando es necesario cobrarles un poco de lo que "Cristina" ha hecho por ellos mostrando su solidaridad públicamente, una solidaridad que incluye el odio y el escarnio contra los llamados "oligarcas".

Asusta más ver, no la infundamentación de la creencia, sino lo que está ocasionando en el inconsciente colectivo: enfrentamiento puro y nada "revolucionario", excepto en la parte donde están dispuestos a arrancar cabezas. Y no es broma. Y no es alarmismo: el régimen se ha encargado en 10 años de acrecentar la rivalidad y el odio entre "clases", habiendo ya antecedentes serios de enfrentamientos entre los "pobres" y los "ricos". Pero... ¿de qué ricos habla el régimen? Parece que en Argentina ser rico es tener auto, casa, buena ropa y comer bien. ¿No se supone que de eso se trata? Para la presidenta y su séquito sí se trata de eso, pero es mejor seguir usando para su conveniencia a las masas, azuzarlas una y otra vez para "estabilizar" esto que.... sinceramente ya no es estable. 

Ahora lo que pasa, es que ya el "modelo" no está funcionando, tan poco dinero hay en las cajas que para 2007 estaban sanas, y tan grande está siendo la brecha financiera en la cuenta corriente, que la reacción de los seguidores, convencidos dogmáticamente o convencidos económicamente, empieza a ser llamativa: más virulencia en su defensa al "gobierno" de su presidenta. Una cosa muy seria.

Por su parte, Cristina Fernández sabe que algo ya está mal en la sociedad, "su sociedad justa e igualitaria", los reclamos aumentan, politizados o no; una severa crisis financiera se cierne en el mundo y ella, a pesar de que se ha apropiado de más del 50% de los medios a través de las triquiñuelas clásicas de este tipo de "democraias", cada vez está convenciendo a menos y, por el contrario, el descontento ya comenzo a convencer a más.

Se le acaba el tiempo a esta mujer, bastante mala como gobernante. Pero ella no importa, ¿cómo va a importar si  tiene el dinero suficiente como para que sus descendientes vivan décadas sin dar un golpe? Lo que es preocupante es que se le está acabando el tiempo a Argentina, y a todos los que están atrapados en ella, ricos o no.